Vivimos en una sociedad donde a menudo nos enseñan que lo más fácil es desechar y comprar algo nuevo cuando un objeto se daña. Sin embargo, reparar antes de desechar es una práctica que no solo ahorra dinero, sino que también contribuye enormemente a la protección del medioambiente.

Cuando se desecha algo en lugar de repararlo, se genera más basura, que en su mayoría termina en vertederos y contamina el entorno. Además, fabricar productos nuevos implica un consumo de recursos naturales y energía que se puede evitar si damos nueva vida a los objetos que ya tenemos. Reparar objetos como electrodomésticos, muebles o incluso ropa es un acto simple que reduce la demanda de recursos y el impacto ambiental.

Algunos beneficios de reparar antes de desechar:

• Menos residuos: al evitar que productos y materiales terminen en la basura, se reduce la acumulación de desechos.
• Ahorro económico: reparar algo generalmente cuesta mucho menos que reemplazarlo por completo.
• Conservación de recursos naturales: al reutilizar, se disminuye la necesidad de extraer nuevos recursos de la naturaleza.

Si algo se te hecha a perder, no te apresures a botarla. Ve si es posible repararla, ya sea por ti mismo o llevándola a un taller especializado. El pequeño esfuerzo que pongas será una ganancia para el planeta.