Cada diciembre se desechan toneladas de papel de regalo que solo se usa una vez y termina en la basura. Sin embargo, hay muchas formas de envolver regalos de manera creativa y sin generar residuos.

 Una alternativa sencilla es reutilizar telas: pañuelos, servilletas o trozos de ropa en desuso pueden transformarse en envoltorios al estilo japonés furoshiki, que se atan con nudos y no necesitan cinta adhesiva. Otra opción es usar bolsas de género o frascos de vidrio, que luego sirven para guardar otros objetos.

 También se puede recurrir a materiales naturales, como hojas secas, ramas o cordeles de yute, que dan un toque cálido y personal. Y si se prefiere algo más tradicional, es posible usar papel kraft reciclado decorado con dibujos o mensajes hechos a mano.

 Pequeños gestos como estos reducen residuos, estimulan la creatividad y hacen que cada regalo tenga un valor extra: el de cuidar el planeta.