Aunque no lo pensemos a diario, nuestros pies cumplen una función vital en el cuerpo: ayudan a que la sangre circule, por eso muchos médicos los llaman “el segundo corazón”, sobre todo cuando se trata de personas mayores. Si los cuidamos bien, todo nuestro sistema circulatorio funciona mejor.

Con los años, es común sentir hinchazón, calambres o pesadez en las piernas, especialmente si pasamos mucho tiempo sentados o de pie. Ignorar estas señales puede traer consecuencias como várices, mala circulación, infecciones o heridas que tardan en cicatrizar. Por eso es clave estar atentos y tomar medidas a tiempo.

Aquí van algunos consejos prácticos para cuidarlos:

• Muévelos todos los días, incluso si estás en reposo: haz círculos con los tobillos o sube y baja los talones.
• Camina al menos 30 minutos al día, idealmente con calzado cómodo y en un lugar seguro.
• Usa zapatos adecuados, con buena suela, que no aprieten y que permitan que los dedos se muevan libremente.
• Hidrátalos después del baño, para evitar la sequedad y prevenir grietas o infecciones.
• Revísalos con frecuencia, especialmente si tienes diabetes o problemas circulatorios.

Tus pies son una base silenciosa de tu salud. Escúchalos, cuídalos y ellos seguirán acompañándote paso a paso.